¿SABES LO QUE HAY SOBRE TU PIEL? (incluyendo tu cuero cabelludo)

El Manto Hidrolipídico es una mezcla de sebo y sudor que recubre la parte exterior de la epidermis y que poseemos desde que nacemos. Llegan a la superficie cutánea a través de los poros de las glándulas sebáceas (el sebo – parte grasa, lípido) y de los poros de las glándulas sudoríparas (el sudor – parte acuosa, hidro).

El manto hidrolipídico tiene la función más importante de la piel, ya que actúa como barrera evitando la pérdida de agua, electrolitos y otros componentes, así como bloqueando la penetración de sustancias indeseables del medio ambiente.

Cuando llegan hasta la capa cornea ambas secreciones se mezclan formando la emulsión que conocemos como Film Hidrolipídico manteniendo la piel hidratada y con un aspecto aterciopelado. Sin esa protección natural es cuando empiezan los problemas de sensibilidad. Si la proporción de sebo es muy baja, la piel estará seca; cuando la proporción de agua es muy baja, la piel estará deshidratada y por el contrario, si hay un exceso de sebo en la mezcla, esa piel estará grasa. Y cuando tanto el sebo como el agua están equilibrados vemos una piel normal.

Cabe mencionar que esa parte “grasa”, en un estado normal de la piel ayuda a preservar el agua transepidérmica. No permite que esta se evapore tan rápidamente dejando la piel con un aspecto sano, hidratado y suave. El problema es cuando hay un exceso y se desequilibra.

La piel tiene “estados” y puede ir variando a lo largo de nuestras vidas. Por eso es importante cuidarla y observarla para saber cómo se encuentra y qué productos serían los más adecuados.

Para mantener en perfecto estado la piel de tu cuero cabelludo, debes evitar utilizar champús excesivamente «abrasivos» (como pueden ser los anti-caspa de grandes superficies) y las siliconas no solubles que pueden taponar tus folículos pilosos. Respeta el ph de tu cuero cabelludo (5.2 a 5.7)

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